No trates de gustarle a todos

Como emprendedor, esa es una de las decisiones más liberadoras que puedes tomar. Cuando intentas complacer a todo tipo de cliente, corres el riesgo de perder tu tiempo y tu rentabilidad.

Hay personas que buscan calidad, valor y compromiso.
Y hay otras que solo buscan pagar menos. No es lo mismo un cliente exigente que valora lo que ofreces, a uno que solo exige un menor precio.

Saber decir “no” también es una estrategia. Te ayuda a enfocarte en quienes realmente necesitan lo que haces y están dispuestos a pagarlo.

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