Cuando un cliente nos dice qué no le gustó, aunque incomode, en realidad nos está regalando información que puede ayudarnos a mejorar.
¿Cómo actuar ante un cliente insatisfecho?
- Escuchar con calma. No te lo tomes personal. El reclamo no es contra ti como persona, sino contra un detalle de tu servicio o producto.
- Anotar lo que se repite. Si varios clientes mencionan lo mismo (ejemplo: demora en la entrega, empaque débil, mal trato), ahí tienes una pista clara de qué mejorar.
- Probar y ajustar. Haz un pequeño cambio, vuelve a ofrecer tu producto o servicio, y mira si el cliente se siente mejor atendido. Esto es como un ciclo: escuchar – cambiar – comprobar – volver a mejorar.
- Responder siempre. Un cliente que se queja quiere ser escuchado. Responder, aunque sea con un “gracias por tu comentario, lo vamos a mejorar”, ya genera confianza.
Convierte tus debilidades en tus fortalezas.




